¿Qué es la endometriosis?
La endometriosis se define como la implantación y crecimiento de células similares a las del endometrio (capa que recubre el útero) fuera del útero, siendo las localizaciones más frecuentes las trompas y los ovarios, si bien pueden encontrarse lesiones hasta en otras 37 partes del cuerpo como el intestino, la vejiga, el estómago, el recto, el pulmón, etc. Estas «úlceras» sangran periódicamente con los cambios de las hormonas del ovario y provocan dolor. Lee más sobre el dolor aquí.
Se trata de una enfermedad crónica y congénita de causas desconocidas, aunque se ha comprobado una predisposición genética y un factor ambiental (contaminación por dioxinas y disruptores endocrinos). Es un tumor benigno pero potencialmente discapacitante por la gravedad de sus síntomas. Es una enfermedad inflamatoria que depende de estrógenos.
Los síntomas de la endometriosis
La sintomatología varía mucho de una persona nacida con útero a otra:
- Dolor pélvico crónico o intermitente
- Cólicos menstruales, dolor visceral
- Períodos con sangrados abundantes
- Náuseas y / o vómitos
- Diarrea y / o estreñimiento
- Dolor de espalda crónico
- Dolores de cabeza, migrañas
- Dolor asociado con la actividad sexual, tanto penetración como orgasmos
- Dolor con la defecación
- Dolor al orinar
- Infecciones frecuentes
- Hinchazón
- Infertilidad
Algunas mujeres con casos graves de endometriosis no sienten absolutamente ningún dolor, mientras que otras con afectación leve sufren un dolor intenso.
¿Qué causa la endometriosis?
Todavía no hay consenso en la comunidad médica y científica sobre las causas de la endometriosis. No obstante, la inmunología, la reproducción, la menstruación y los factores medioambientales parecen guardar relación con la enfermedad.
Existe una elevada predisposición genética para la endometriosis. Asimismo, las mujeres con mayor exposición a cambios hormonales, como la menarquía precoz (edad temprana a la primera regla) y la menopausia tardía, tienen más probabilidades de sufrir la enfermedad.
Existen factores de riesgo que pueden orientar a la personas a solicitar atención médica: antecedentes familiares -estas mujeres corren un riesgo 6 veces mayor de desarrollar esta enfermedad-, menarquía temprana, ciclos menstruales regulares y cortos (menos de 27 días) y los sangrados menstruales largos (que duran 7 días o más).
Citando a la Dra. Valls Llobet en Mujer y Salud, revista Matriz nº40 de la red CAPS:
«Empezamos a saber que:
• El incremento de endometriosis en la sociedad industrializada ha situado en segundo lugar la causa genética y ha hecho crecer la etiología ambiental.
• El exceso de estrógenos estimula la autoinmunidad y a la vez estimula la menstruación retrógrada. Se producirían cambios inmunológicos en el tejido endometrial retrógrado.
• El incremento de estrógenos ambientales se produce en la sociedad industrial desde 1945 en que se introdujo masivamente el primer insecticida organoclorado (DDT).
• En diversos estudios se ha establecido relación entre la presencia de dioxinas (subproducto de incineración) y la presencia de endometriosis (Mayani et al 1997) y (Eskenazi et al 2002).
• Otros estudios señalan la relación con la exposición a los PCBs (Bifenoles policlorados) (Louis et al 2005), a xenoestrógenos (Hunter et al 2000; Rier 2002) y a cadmio (Jackson et al 2008).
• Los disruptores endocrinos alteran la función mitocondrial. La alteración mitocondrial estimula la formación de citoquinas y la autoinmunidad. (M Pall 2012; Hyun Ahn et al 2014)».
Cómo se diagnostica
Los principales problemas que retrasan el diagnóstico de la endometriosis son dos:
- La sintomatología se puede confundir con otro tipo de dolencias
- Los prejuicios de género hacia los dolores y malestares femeninos
Por estas razones la afectada puede tardar varios años en ser diagnosticada correctamente.
Actualmente la única prueba diagnóstica es el examen en anatomía patológica (histología) del tejido extraído en una cirugía abdominal llamada laparoscopia. Todas las demás pruebas son complementarias pero no diagnósticas (resonancia magnética, ecografía…). En la actualidad, la tendencia en las unidades de endometriosis españolas es evitar la intervención quirúrgica en la medida de lo posible y tratar los síntomas.
Cómo se trata
Los principales tratamientos son hormonales, entre ellos pastillas anovulatorias, es decir, que suprimen la ovulación y, con ello, la menstruación (menopausia inducida) con la finalidad de reducir los estrógenos.
Citamos de nuevo a la endocrinóloga Carme Valls Llobet sobre endometriosis:
- «En la mayoría de los casos, y dado el retraso en el diagnóstico de la enfermedad, el abordaje habrá de ser quirúrgico.
- Se debe actuar en todos los aspectos que puedan estimular la cadena mitocondrial y compensar, así, las carencias metabólicas que debilitan el sistema de oxidación y reducción celular: vitamina B1, ubiquinol (forma reducida de coenzima Q10), tiroxina, vitamina D, vitamina C, omega 3 y magnesio.
- Faltan estudios que incluyan aspectos integrales de protección ambiental, tratamiento preventivo inmunológico y el papel de protección de la progesterona natural.
- En un estudio del año 2013 se ha podido demostrar una mejoría en la evolución de la enfermedad con la administración de dos antioxidantes: resveratrol (uva y vino tinto) y epigalogatequina3 galato (EGCG) en té verde (Ricci, 2013)».
Dolencias y enfermedades relacionadas con la endometriosis
- Síndrome de fatiga crónica
- Fibromialgia
- Asma
- Alergias
- Colon irritable
- Intolerancias alimenticias (lactosa, fructosa, celiaquía)
- SIBO
- Dispareunia
- Disquecia
- Disuria
- Síndrome de atrapamiento del nervio pudendo
- Síndrome miosfacial del suelo pélvico
- Bruxismo
- Migrañas
Glosario
Descubre qué significan los términos más empleados en tus informes médicos en este glosario.
Cómo mejorar tu calidad de vida
Además del tratamiento que tu ginecólogo te proponga, otras especialidades pueden ayudarte en tu día a día:
- Fisioterapia de suelo pélvico
- Gastroenterología
- Endocrinología
- Nutrición
- Psicología
- Psiquiatría
Realizar ejercicio en la medida de tus posibilidades te ayudará a mantenerte activa, a reducir la grasa corporal (donde se acumulan los estrógenos) y a mejorar tu estado de ánimo. La natación, el yoga, el pilates, la danza del vientre, los ejercicios hipopresivos y caminar son actividades recomendadas.
Consulta siempre con un fisioterapeuta, pero debes saber que, en general, se desaconsejan los abdominales. En caso de que padezcas disfunción del suelo pélvico evita ejercicios de impacto.